martes, 9 de noviembre de 2010

Obsesión urbana.

He pasado varios días viviendo otras vidas
viviendo el camino confuso del paramo olvidado
andando cegado por nubes oscuras

aquí entre el viento silvestre y andino
se prolonga el aire sabiendo a vereda
a huella de iglesia, a mirada de vieja
a sabor de alquitrán, y de moda europea

como si el ciervo rezara o vistiera
o el halcón anidase en calle hormigonada
porque en el discurso del viento
el sermón es trinchera

aquí o en un lago profundo y oscuro
en cuyo sitio se viste de musgo la roca
dios es la ausencia de quien lo ha inventado

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