Vuelvo a casa tarde, ha sido un día como cualquier otro, las ventanas tienen huellas de pequeñas gotas secas de polvo agua y sudor, el silencio artificial es cada día más pesado, la cama oxidada, y el extraño zumbido que hace la televición incluso cuando no la veo, muchos creemos en el poder del resultado, el bien, el mal, son cosas que existen, nosotros somos únicamente sus transmisores, como los brillantes hilos de cobre que se enfundan en un tubo plástico, no somos electricidad, solo la transmitimos, somos los filamentos de esta gran corteza, y como tal nuestra causa es ajena a nuestra voluntad, que es ser bueno, que significa ser malo en realidad, volver a casa con la conciencia orgullosa de haber servido con nuestro tiempo a ganar eso que no inventamos, a ser los adoquines que forman ese camino, que conduce a otros destinos, y juzgamos en tanto otras miradas que se ven reflejadas por distintos horizontes, acaso conocemos el orígen de nuestras verdaderas pretenciones? de nuestros verdaderos deseos? esos que se ocultan bajo las uñas, y con ellos rasgamos la moral que aun no la conocemos del todo, esa idea de homogeneizar las ideas y las creencias, y de vez en cuando asomar nuestra curiosidad tras la persiana, para auto elogiarnos con saturnales privilegios de nuestra propia emoción, o carne.
Electricidad, vaya palabrita....yo vengo de un lugar como cualquier otro, con gente muy similar a la de cualquier rincón de cualquier barrio, de cualquier ciudad, con tendencias muy parecidas, con utopías siempre existidas, y renovadas, donde cada persona elige su propio mártir, su propio verdugo, para sentirse identificados, en la calle se les puede reconocer, en todos ellos es escencial, un uniforme colectivo, algo identificativo, ya puede ser raparse la cabeza, o meterse dentro de una gran sabana negra, mi grupo favorito es ese que te dejan los bolsillos vacíos, esos que están integrados por menores de dieciocho años, esos que viven dentro de las alcantarillas, tienen todo aquello que os hace sentir mejores cuando les miran por la tele, o por la calle andando en grupos desafiantes, son el resultado de otras generaciones, es la prueba latente del desinterés propio, pero del verdadero, es el fracaso de todo aquello por lo que seguimos creyendo, de varias utopías que aún nos convencen con sus aterciopeladas palabras, quizás puedan parecer equivocadas mis comparaciones de que mi ciudad es muy parecida a esta, sea cualquiera que sea en la que me encuentre, pero no, quizás este sitio sea peor aún, da igual, no se trata de ser competitivo y decir que ciudad tiene menos individuos de esas características, da igual que capital tiene más o menos cabezas rapadas o cualquier mierda, lo parecido no esta en un pequeño resultado, lo parecido está en lo general.
ellos son la muestra evidente y clara, de que no están de acuerdo con ningún orden descrito, son la revelación de cualquier estructura, son los perros salvajes de esta era, nuestro propio fracaso.
Electricidad, todo es como la electricidad, todo se transmite, el sida, la ignorancia, la ira, el racismo, la intolerancia, las nuevas leyes, y siempre habrá adoquines y tubos llenos de alambres de cobre, da igual lo que estés pensando en este momento, da igual que tus acciones no hayan sido descritas en este blog mal hecho, y que metas pasta en cualquier ong, siempre seguirás votando al mismo partido corrupto, y si algún día votas otro da igual, siempre será lo mismo, al fin y al cabo dan igual las acciones, solo somos los filamentos de esta gran corteza, y tu solo eres un cabello de cobre que conduce otra energía.

si te despiertas con un despertador es difícil empezar el día inmediatamente con una sonrisa digna de la felicidad, sin embargo eso es lo que hice esta misma mañana; tenía preparado el café con leche dentro del microondas con el temporizador programado a un minuto, 850W, el azúcar removido desde la noche anterior y la puerta entre abierta, solo hacía falta empujarla para que el temido aparato pusiera el café a punto, ni muy frio, ni excesivamente caliente, eso es lo primero que hice esta mañana como tantas otras antes de entrar al baño y mear de urgencia, para después lavarme la cara y ponerme la ropa que esperaba su turno ordenada en un montón, de forma que las mudas interiores quedaban por encima de pantalones y estos a su vez encima del jersey, una vez abrigado me dirigí al café que bebí sin degustar, de un par de tragos que ayudaron a bajar la magdalena, que fue vorazmente engullida de tres mordiscos, despues al fregadero para beber un trago de agua servido en el mismo vaso, no sé muy bien sí, para empujar el tercer trozo de magdalena, o con el fin de templar un poco el agua con él vaso sintiendo así por primera vez la mañana; recogí de la mesa tabaco y todavía adormilado, encendí el primer cigarrillo, mientras a dos manos y esquivando el humo del cigarro que pendía de los labios me guardaba el paquete, el mechero, la cartera y el teléfono móvil además de las llaves, sin darme tiempo para pensar abrí la puerta de casa y asomé la mano sacudiendo la ceniza del cigarro, con un gesto de preocupación me cacheé por todos los bolsillos cerciorándome no olvidar nada, sentí el frio de una brisa suave en la cara, al doblar la esquina tube que encoger los hombros y esconder el cuello dándole una calada final al cigarrillo, mi mente divagaba entre sensaciones, vagos recuerdos de los sueños interrumpidos y el día futuro, me monté en el coche como me podría haber atado los cordones de los zapatos de una forma casi mecánica y reproducida prácticamente a diario, evitando pensar más de la cuenta encendí la radio y arranqué el coche que me llevaría hacia la rutina de cada dia, atravesé por calles, sémaforos, avenidas con mil luces difusas indicativas de algo, mis recuerdos enmudecieron la radio y por la acera ivamos cinco o seis en grupo, vestiamos pantalones ajustados, camisetas reivindicativas con argumentos faciles para la impotencia de cualquier joven, era verano y nuestra fuerza amezaba al individuo, hacia que cambiaseis el rumbo, llevabamos la enegia de una camisa recien planchada, un escuadron perfecto, no sabiamos nada y estabamos dispuestos a discutirlo todo, caminabamos engañados, alguno de nosotros dentro de un puño cerrado guardaba una china da hachis sudada, los demas a la espera de pedir tabaco y algun otro recontando el capital comun para conseguir un litro de cerveza fria, todo estaba preparado sin duda eramos el futuro, sin duda alguna formariamos parte de esta sociedad, y entre risas y uñas amarillas de apurar las pavas corrió gran parte de mi juventud, ahora sigo igual las mismas vendas me llevan de la mano al trabajo esta mañana, solo sé lo que me cuentan radio y tele, ahora entro ya es la hora, sonrio con un guiño al trepa de turno, otra sonrisa con reverencia para el jefe y con complicidad para ese joven nuevo en la empresa que lleva una camiseta reivindicativa guardo el unico saludo sincero, mecanicamenta me incorporo al trabajo, ah! Sí! ahora creo recordar vagamente el sueño de la noche pasada, era verano: estaba tomando el sol de pié, mi cuerpo relajado y energico apoyaba su peso sobre una azada, que a su vez se undia sobre una tierra negra y fertil templada por el sol, en un rincon un gato regocijaba sobre ella y en mis manos la fuerza y la paz del autosuficiente acariciaba el mundo fácil que todo hombre añora...
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