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| NEIN COP |
domingo, 7 de noviembre de 2010
morphina
Las burbujas son esferas holográficas, imaginan la transparencia de una corta vida que se rompe con el tacto, la magia del jabón, inocente y silenciosa se desliza hacia el borde gravitacional del viento.
Como las burbujas de piel que se amoldan en cuerpos sudorosos que persisten en ser suceptibles al mismo tacto, y tienen la distancia de la percepción que nos empuja a alarnos mientras dormimos_
la palabra solo es un pretexto, para evadir la razon
Como las burbujas de piel que se amoldan en cuerpos sudorosos que persisten en ser suceptibles al mismo tacto, y tienen la distancia de la percepción que nos empuja a alarnos mientras dormimos_
la palabra solo es un pretexto, para evadir la razon
para empezar
Ciertamente verifico que todo esté en su respectivo orden, desde las camisas, los calcetines rotos que duermen en mi armario, y todas aquellas cosas que aún conservo.
Lo trágico de esta historia es la realidad, el sopor de las aulas, el ruido de afuera, todo lo que escupe al interior de este espacio, incluso hasta este preciso momento que insiste en existir, y no es la existencia como tal, el tiempo, el espacio, es ajeno a todo en realidad, la crudeza de todo aquello que deambula en la orbita de esta ciudad, todas aquellas pancartas que nos miran mirandolos absortos en su estática aparición.
Todo aquello que se atasca en la garganta al volver a casa, la estupida canción que persiste en sonar incluso cuando no suena, el zumbido en mis oidos dictando el rol grisáceo que viste las nuevas tendencias.
...aunque pienso que todo esto, es el orden, toda esta fingida maquetación es nuestro hogar, el hogar que nos exprime cada vez que erramos en este prototipo de ley infundada, cada vez que miramos el escote a la justicia, justicia es una mujer roída por los vicios, justicia sencillamente es una estatua vendada que se sostiene fragilmente en un viejo baston de oro, con el que sodomisa a sus protectores, y bendice sus acciones, para evitar caer en la icredibilidad no sonríe, su maquillaje se vuelve convincente, sus largos dedos acarician nuestra espalda procurandonos una sensación de falso abrigo..
Lo trágico de esta historia es la realidad, el sopor de las aulas, el ruido de afuera, todo lo que escupe al interior de este espacio, incluso hasta este preciso momento que insiste en existir, y no es la existencia como tal, el tiempo, el espacio, es ajeno a todo en realidad, la crudeza de todo aquello que deambula en la orbita de esta ciudad, todas aquellas pancartas que nos miran mirandolos absortos en su estática aparición.
Todo aquello que se atasca en la garganta al volver a casa, la estupida canción que persiste en sonar incluso cuando no suena, el zumbido en mis oidos dictando el rol grisáceo que viste las nuevas tendencias.
...aunque pienso que todo esto, es el orden, toda esta fingida maquetación es nuestro hogar, el hogar que nos exprime cada vez que erramos en este prototipo de ley infundada, cada vez que miramos el escote a la justicia, justicia es una mujer roída por los vicios, justicia sencillamente es una estatua vendada que se sostiene fragilmente en un viejo baston de oro, con el que sodomisa a sus protectores, y bendice sus acciones, para evitar caer en la icredibilidad no sonríe, su maquillaje se vuelve convincente, sus largos dedos acarician nuestra espalda procurandonos una sensación de falso abrigo..
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