miércoles, 1 de diciembre de 2010

Vuelvo a casa tarde, ha sido un día como cualquier otro, las ventanas tienen huellas de pequeñas gotas secas de polvo agua y sudor, el silencio artificial es cada día más pesado, la cama oxidada, y el extraño zumbido que hace la televición incluso cuando no la veo, muchos creemos en el poder del resultado, el bien, el mal, son cosas que existen, nosotros somos únicamente sus transmisores, como los brillantes hilos de cobre que se enfundan en un tubo plástico, no somos electricidad, solo la transmitimos, somos los filamentos de esta gran corteza, y como tal nuestra causa es ajena a nuestra voluntad, que es ser bueno, que significa ser malo en realidad, volver a casa con la conciencia orgullosa de haber servido con nuestro tiempo a ganar eso que no inventamos, a ser los adoquines que forman ese camino, que conduce a otros destinos, y juzgamos en tanto otras miradas que se ven reflejadas por distintos horizontes, acaso conocemos el orígen de nuestras verdaderas pretenciones? de nuestros verdaderos deseos? esos que se ocultan bajo las uñas, y con ellos rasgamos la moral que aun no la conocemos del todo, esa idea de homogeneizar las ideas y las creencias, y de vez en cuando asomar nuestra curiosidad tras la persiana, para auto elogiarnos con saturnales privilegios de nuestra propia emoción, o carne.

Electricidad, vaya palabrita....yo vengo de un lugar como cualquier otro, con gente muy similar a la de cualquier rincón de cualquier barrio, de cualquier ciudad, con tendencias muy parecidas, con utopías siempre existidas, y renovadas, donde cada persona elige su propio mártir, su propio verdugo, para sentirse identificados, en la calle se les puede reconocer, en todos ellos es escencial, un uniforme colectivo, algo identificativo, ya puede ser raparse la cabeza, o meterse dentro de una gran sabana negra, mi grupo favorito es ese que te dejan los bolsillos vacíos, esos que están integrados por menores de dieciocho años, esos que viven dentro de las alcantarillas, tienen todo aquello que os hace sentir mejores cuando les miran por la tele, o por la calle andando en grupos desafiantes, son el resultado de otras generaciones, es la prueba latente del desinterés propio, pero del verdadero, es el fracaso de todo aquello por lo que seguimos creyendo, de varias utopías que aún nos convencen con sus aterciopeladas palabras, quizás puedan parecer equivocadas mis comparaciones de que mi ciudad es muy parecida a esta, sea cualquiera que sea en la que me encuentre, pero no, quizás este sitio sea peor aún, da igual, no se trata de ser competitivo y decir que ciudad tiene menos individuos de esas características, da igual que capital tiene más o menos cabezas rapadas o cualquier mierda, lo parecido no esta en un pequeño resultado, lo parecido está en lo general.
ellos son la muestra evidente y clara, de que no están de acuerdo con ningún orden descrito, son la revelación de cualquier estructura, son los perros salvajes de esta era, nuestro propio fracaso.

Electricidad, todo es como la electricidad, todo se transmite, el sida, la ignorancia, la ira, el racismo, la intolerancia, las nuevas leyes, y siempre habrá adoquines y tubos llenos de alambres de cobre, da igual lo que estés pensando en este momento, da igual que tus acciones no hayan sido descritas en este blog mal hecho, y que metas pasta en cualquier ong, siempre seguirás votando al mismo partido corrupto, y si algún día votas otro da igual, siempre será lo mismo, al fin y al cabo dan igual las acciones, solo somos los filamentos de esta gran corteza, y tu solo eres un cabello de cobre que conduce otra energía.
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