Yo no sabía que conocerte sería estar contigo todo el tiempo, sería guardar en los bolsillos un montón de cosas y situaciones que puedan sorprenderte, sin llegar a estrenar ninguna.
Dentro de unos días pienso seriamente en llorarme las rodillas escarbando en los momentos de gloria, pequeñas pócimas que me empujen a escribirte frasecitas cortas.
Porque soy consciente de que cada uno asesina su propia carne con la piel que uno elige (..)Por eso, porque no sabes postergar el tedio, y te cubres sigilosa el velo que te muestra tu propio rostro, tus letras, tus pelos, y porque sabes hallar en las horas oscuras del descanso, tu ansiedad, tu descontento que te provocan letras y colores que luego los mutilas en tus propias paredes, clavados como cristos sangrantes y agonizantes.
Allí te encuentro, urdiendo tu laberinto de humo, de letras calladas, de más colores, de todo cuanto miro y me hipnotiza, de tus piernas extrañas, de tu pulido perfíl, tan humilde, oscuro, prójimo, arisco, trémulo, tu voz imperativa... llega un momento en que me encuentro el ese espacio gris...ahí

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