Hoy desayuné un plátano aplastado, y ayer por al atardecer, nuevamente me asusté, aunque este tipo de sustos que se presentan son distintos a los otros...
Necesito pernoctar en un sitio normal, de esos que tienen paredes y a veces también ventanas, un baño, y también una cocina para de vez en cuando quemar el arroz_
Pasar la noche en sitios donde al día siguiente uno se pregunta como mierda llegué hasta aquí? y con la luz típica del vespertino se divisa una paisaje desértico, con baterías oxidadas y plantas que se resisten a morir en semejante calor, como es mi caso.
Una paseo por la ciudad, otro plátano más, y...es hermoso el paisaje, esos esqueléticos proyectos inmobiliarios, de estructuras grises marchitándose con los viejos rótulos que anuncian próximas construcciones que_ sencillamente permanecen congeladas bajo el calor de esta ciudad.
Me encanta vivir así, sin tener ni puta idea de lo que quiero hacer, con unos cuantos billetes arrugados en mi sudoroso pantalón, que no se como se lo montan para desprenderse de mi.
Llevo casi treinta y dos años generando un aire tibio y con un vago olor a cenicero, y de vez en cuando entono un código un lenguaje que me sirve para dar asco, por que soy sencillamente un receptor y reproductor, un loro con más capacidad para repetir lo que miro y oigo, es tremenda mente infame la docilidad de esta población, de este cielo gris que se rehúsa a desintoxicarse, a esta urbe descolorida que guarda gente estúpida, no se si son más idiotas sus políticos o sus propios ciudadanos...pero esas son cosas que solo las responde el día a día, la realidad, el mecanismo de supervivencia, de acción, de mirar, de comer, de cagar en cualquier esquina, es algo así como la muerte sorprende a los mortales, aquí te pillo aquí te cagas, supongo o mejor dicho tengo la certeza que todo y cuanto miro y miras esta hecho para que mantengamos un rumbo hacia algo que desconocemos, sin tener tampoco ambición de conocernos ni conocer al prójimo, menos aún nuestra propia cuna dictatorial, nuestra urbe, que a veces parece un cementerio de edificios esqueléticos.
Obviamente antes de estos intentos de hogares, la verdosidad del paisaje no contaba con los respectivos permisos del ayuntamiento, que también como es de suponer tiene cierto gusto por ayudar al que el turista cuente con cada vez más hoteles nada más y nada menos que en primera o segunda linea de playa, que rico huelen esos platos refinados y perfectamente elaborados con comida congelada que se venden en esos restaurantes de mierda, me encanta España, el guiri enrojecido por el sol de este archipiélago, y la guardia civil velando por la seguridad de los ciudadanos, y para que algún tipo de visitantes no profane la playa con su tienda de campaña, claro con su consecuente multa, como debe ser si señor!
Y yo como de costumbre buscando un sitio donde la muerte o las ganas de cagar no me pille en cualquier sitio.
Necesito pernoctar en un sitio normal, de esos que tienen paredes y a veces también ventanas, un baño, y también una cocina para de vez en cuando quemar el arroz_
Pasar la noche en sitios donde al día siguiente uno se pregunta como mierda llegué hasta aquí? y con la luz típica del vespertino se divisa una paisaje desértico, con baterías oxidadas y plantas que se resisten a morir en semejante calor, como es mi caso.
Una paseo por la ciudad, otro plátano más, y...es hermoso el paisaje, esos esqueléticos proyectos inmobiliarios, de estructuras grises marchitándose con los viejos rótulos que anuncian próximas construcciones que_ sencillamente permanecen congeladas bajo el calor de esta ciudad.
Me encanta vivir así, sin tener ni puta idea de lo que quiero hacer, con unos cuantos billetes arrugados en mi sudoroso pantalón, que no se como se lo montan para desprenderse de mi.
Llevo casi treinta y dos años generando un aire tibio y con un vago olor a cenicero, y de vez en cuando entono un código un lenguaje que me sirve para dar asco, por que soy sencillamente un receptor y reproductor, un loro con más capacidad para repetir lo que miro y oigo, es tremenda mente infame la docilidad de esta población, de este cielo gris que se rehúsa a desintoxicarse, a esta urbe descolorida que guarda gente estúpida, no se si son más idiotas sus políticos o sus propios ciudadanos...pero esas son cosas que solo las responde el día a día, la realidad, el mecanismo de supervivencia, de acción, de mirar, de comer, de cagar en cualquier esquina, es algo así como la muerte sorprende a los mortales, aquí te pillo aquí te cagas, supongo o mejor dicho tengo la certeza que todo y cuanto miro y miras esta hecho para que mantengamos un rumbo hacia algo que desconocemos, sin tener tampoco ambición de conocernos ni conocer al prójimo, menos aún nuestra propia cuna dictatorial, nuestra urbe, que a veces parece un cementerio de edificios esqueléticos.
Obviamente antes de estos intentos de hogares, la verdosidad del paisaje no contaba con los respectivos permisos del ayuntamiento, que también como es de suponer tiene cierto gusto por ayudar al que el turista cuente con cada vez más hoteles nada más y nada menos que en primera o segunda linea de playa, que rico huelen esos platos refinados y perfectamente elaborados con comida congelada que se venden en esos restaurantes de mierda, me encanta España, el guiri enrojecido por el sol de este archipiélago, y la guardia civil velando por la seguridad de los ciudadanos, y para que algún tipo de visitantes no profane la playa con su tienda de campaña, claro con su consecuente multa, como debe ser si señor!
Y yo como de costumbre buscando un sitio donde la muerte o las ganas de cagar no me pille en cualquier sitio.
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